Ezequiel Mena se está amoldando a su vida en la ciudad de Porto, en Portugal. El sanjuanino está al ritmo de su equipo y ya está completamente adaptado. «Trato de seguir aprendiendo. Esta es mi primera temporada acá y al principio me costó pero después me amoldé a todo. A una ciudad nueva, a los compañeros nuevos y así otras cosas. Pero todos me ayudaron y me dieron confianza. En el juego, empecé a tener muchos minutos más. Ahora juego todos los partidos. De a poco me fui afianzando», dijo.
Más adelante contó: «Con Nalo (García) me llevo muy bien. En realidad es una referencia para mí. Nalo está acá hace muchos años y me aconseja siempre. Compartimos muchas cosas, como el mate algo típico de los argentinos. El hockey portugués tiene un muy buen nivel. Yo creo que la diferencia con las otras potencias europeas es que todos los equipos de la primera son competitivos. Cualquier partido, ya sea el primero contra el último, será entretenido, con un buen espectáculo y sin un ganador seguro. Esa es la diferencia. Porque en España, por ejemplo, sacando al Barcelona y al Liceo, el resto de los equipos no son tan competitivos. A los sanjuaninos que están acá, y que son de la Selección Argentina, los veo bien. Esta Liga te exige mucho y te obliga a estar bien. Por eso el nivel que hemos alcanzado los sanjuaninos es bien alto. Lo importante es saber mantenerlo».
En cuanto a la Selección Argentina, Ezequiel aclaró que «sigue siendo mi gran sueño. La verdad no he hablado con el Negro (José Luis Páez, el DT) pero él me dijo que le meta para adelante aquí en Portugal y que así voy a estar en consideración con el grupo. Me gustaría mucho estar en una convocatoria para el próximo Mundial. Más todavía porque se tiene que jugar en San Juan. Sería doble el premio: Jugar en la Selección y hacerlo en San Juan».
Sobre su vida extra hockey en Porto, contó: «Ahora acá estamos con calorcito. Ya pasamos el frío que te juro no me gusta. Encima me contagié de covid. Fue a fines de noviembre. Nos contagiamos todos en el equipo. Fuimos a jugar a otra cancha y en el viaje de vuelta, uno venía mal y la sufrimos todos. Lo mío fue muy livianito. Con síntomas leves. Pasaron las dos semanas y ya estaba haciendo lo de todos los días. Vivo con mi novia. Ella se vino este año para acá. Es sanjuanina. Se llama Valentina Alvarez. Los dos estamos haciéndole frente a todo este lío del covid. Su compañía es vital y nos complementamos bárbaro».
Y terminó contestándose: ¿Si extraño? La verdad que sí. A veces menos, otras más. Pero siempre se extraña. Con el día a día de acá, bien intenso, por ahí no tenés tiempo para pensar en tu familia, tus amigos. Pero hay ratos en los que querés ver a todos por allá en San Juan».
Fuente: Diario de Cuyo.